Vaya por delante que, al igual que cualquier otra competición de los Juegos Olímpicos, no vi el partido final entre España y Estados Unidos. Tengo que fiarme, y la experiencia me aconseja hacerlo, de la opinión de mi hijo.
El partido, en lo que al resultado se refiere, acabó de la forma más o menos esperada. Estados Unidos es superior –no mucho, pero superior- a España en este deporte. Y 11 puntos de diferencia, con un marcador tan elevado, no es gran cosa.
Dicho esto, el dichoso tema de los pasos es para hacérselo mirar. Si existe una regla en cualquier deporte, se debe cumplir. De lo contrario, no existe razón para mantenerla. Si en la NBA, donde prima por encima de cualquier otra consideración el espectáculo, se la pasan por el forro, ése es su problema; pero aquí estamos hablando de una competición que nada tiene que ver con la...